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viernes, 23 de octubre de 2009

La vida al tablero


Mis alumnos de segundo de bachillerato temen El Quijote. Es una lectura que entra en la selectividad, no la totalidad de la obra sino una selección arbitraria de capítulos que no permiten mantener la continuidad de la narración. Llegan a clase con ediciones voluminosas de la obra y las miran espantados de sólo pensar que tendrán que llevar cada día ese tocho a clase, eso y leerlo aunque sea solo parcialmente.

El profesor ha de hacer uso de todo su arte para convertir esta tortura potencial en alumnos no especialmente interesados en la literatura –más bien muy poco- y hacerles concebir la obra como un juego literario o metaliterario gozoso y entretenido. El Quijote en su tiempo fue tomado en España como un espléndido libro de humor que suscitaba carcajadas a troche y moche. El profesor piensa en cómo introducir la obra poco a poco. Durante un día o dos hemos hablado de la narrativa anterior a la invención de la novela moderna. Las novelas sentimental, pastoril, de caballerías, morisca y bizantina. Personajes de alta cuna y elevados sentimientos que vivían aventuras inspiradas en el amor cortés o en modelos neoplatónicos del amor. Pero todas tenían en común que eran inverosímiles. Esto cambia con una novelita de corte aparentemente autobiográfico y de autor desconocido publicada aparentemente en 1554 y titulada El lazarillo de Tormes. Un personaje de origen humildísimo cuenta su historia a un tal Vuestra merced desde que era niño hasta la culminación de su suerte en que vive casado con la barragana de un arcipreste. Todo cambia a partir de esta novela. El modelo inverosímil se transforma en creíble y realista. Y además, y esto es fundamental, el personaje protagonista se transforma a lo largo de la novela. La vida y la experiencia le cambian, le van modelando y haciendo evolucionar de niño inocente a adulto cínico. Ha nacido la novela moderna. Es imposible imaginar El Quijote sin la aportación de los géneros literarios citados más arriba y sin la experiencia narrativa de El Lazarillo que cambia el modelo de contar una historia.

Pero nada de esto parece conmoverlos. El estudio de la literatura, de la historia de la literatura, es un juego de modelos literarios. Es difícil que participe en ese juego aquel que no tenga curiosidad por la lectura y que tome los libros como ariscos enemigos. Sin embargo, hoy cuando llegábamos a la figura de Miguel de Cervantes, les he introducido su obra iniciada en 1585 con la primera parte de La Galatea (novela pastoril) que escribió después de haber vuelto de los cinco años de cautiverio en Argel. Pero hasta 1605 Cervantes no vuelve a publicar nada. Son veinte años de vacío, aparente al menos. En 1605 publica El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. ¿Qué ha pasado en ese tiempo? Les he sugerido hacer un guión de la biografía de Cervantes. Esto les ha interesado y han empezado a hacer sacar humo de los ordenadores. En seguida han surgido las sorpresas. La vida de Cervantes dista de ser dichosa y fácil. Heridas de guerra, cautiverio, varias estancias en la cárcel, matrimonio fracasado, un profundo fracaso en el mundo del teatro que tanto interesó a nuetro autor… Llega a los cincuenta y ocho años, una edad ya avanzada, y publica esa novela que iba a revolucionar el mundo narrativo. Tuvo un gran éxito, pero entonces no existía la SGAE y Cervantes no cobraba de las ediciones que se hacían de su obra. Pocos años después estaba traducida al inglés (1612). Desgraciadamente El Quijote fue más apreciado y comprendido fuera de España donde fue considerado como un relato paródico y de humor. La vida para Cervantes no fue fácil y no salió de dificultades económicas pese a su éxito. Diez años después publicó, a punto de morir y con sesenta y ocho años, su testamento literario, una segunda parte de la novela, todavía mucho mejor que la primera, La segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, precedida sorprendentemente por una continuación apócrifa, firmada por un tal Avellaneda, en Tarragona en 1614 y que hirió profundamente a Cervantes porque el autor había utilizado a su personaje sin haber entendido nada de su esencia. Podemos decir que la segunda parte no hubiera sido tan excelente sin el juego literario que se establece con el falso Quijote al que Cervantes continuamente quiere desmentir y desacreditar. El falsario Avellaneda en su dialéctica con Cervantes hace que la obra alcance niveles estéticos extraordinarios e inigualables. Y en la novela junto al humor, la más terrible decepción vital, la constatación de un fracaso que sólo la conciencia del genio que fue pudo atemperar. El dolor y el sufrimiento promueven a veces obras de una dimensión muy profunda. Recuerdo que leí El Quijote con veinte años por primera vez y me pareció una obra tremendamente divertida. Cuando lo releí años después, su lectura me llenaba de melancolía. La derrota del héroe en Barcelona me conmovía hasta extremos difíciles de imaginar, tras la secuencia tristísima del desencanto imposible de Dulcinea. Pero no sé si todo esto será capaz de conmover a mis berroqueños alumnos fruto de unas circunstancias y un ambiente nada propenso a la valoración estética y de la melancolía. Pero no será por mi parte que no lo intente a pesar de mis dudas. Cuando algún descerebrado pone en cuestión frívolamente a los profesores me digo si no se dan cuenta del nivel de riesgo que supone enseñar porque en este desafío literario en que estoy empeñado sé que he de poner mi vida al tablero, mi vida espiritual al menos. Y no hablo en broma.

20 comentarios :

  1. Perdona que me quede solamente con eso pero es que me has impactado. Ojalá hubieras sido tu mi profesor de literatura.

    La edición que tienen para leer está en castellano actual ?

    Yo, ya lo digo ahora, no lo he leído entero.

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  2. Pienso que los bachilleres no están preparados para la lectura del Quijote; lo digo desde mi percepción de devorador de libros y desde el recuerdo de una Celestina que se me indigestó cuando tenía aquella edad y de la que disfruté pocos años después. El Quijote es una obra maravillosa para un lector dispuesto a leer sin prisas y con toda el hambre lectora del mundo, justo lo contrario de nuestros bachilleres, asediados por las sirenas de placeres más inmediatos y envueltos en un mundo en el que las lecturas se circunscriben al hostil entorno académico.
    El Quijote es la Literatura. Entiendo tus sentimientos y me siento cómplice de ellos. Curiosamente, esta misma semana hemos empezado a leer en 2º de ESO una adaptación muy ligera de Vicens Vives. Son grupos con un fracaso escolar de casi el 80% (o más); sin embargo, durante el primer capítulo se han reído varias veces, lo que ha hecho renacer mi fe en el oficio. Ojalá alguno de ellos se atreva algún día a disfrutar de la versión original.
    Gracias por traérnoslo al blog.

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  3. Frikosal, las ediciones de El Quijote actuales difieren de la original ya sólo en cuanto a la puntuación. Cervantes puntuaba de forma muy diferente a la que utilizamos ahora. Apenas había puntos. Pongamos pues, que la puntuación es distinta; asimismo las vacilaciones idiomáticas del siglo XVII han sido actualizadas y modernizadas, pero en las ediciones serias el léxico y la estructura sintáctica siguen lógicamente el original. El Quijote hay que leerlo tal como fue concebido teniendo en cuenta las modernizaciones que he citado. A mí me hubiera encantado tenerte como alumno de literatura. Seguro que los dos nos podíamos haber transmitido un montón de conocimientos. No te puedes hacer idea de la frivolidad que existe entre los adolescentes. Espero que este año haya sólo uno, aunque sea, que se entere de algo. Espero. Pero por mí no quedará. Un cordial saludo.

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  4. Joselu, te sigo hace tiempo con pasión aunque no acostumbro comentar. Soy prof. de literatura en Argentina y apasionada x el Quijote. Creo que les hablo con tanto entusiasmo del libro a mis alumnos que logro por lo menos inquietarlos en la lectura. Siempre les adelanto que será una tarea difícil y por eso fascinante. Recomiendo y mucho a todos los docentes y amantes del Quijote el libro de Federico Jeanmeare "Una lectura del Quijote". Es muy ameno de leer y logra transmitir también un entusiasmo contagioso por el libro. Da información muy interesante siguiente capítulo x capítulo la historia

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  5. ¿Cómo saber dosificar el acercamiento a esta obra, intentar que el alumno le quede el recuerdo grato de poder volver a una obra inagotable?
    ¿Cómo despertar una primera inquietud que no se apague con el paso de los años?
    Creo que antes de leer el texto se debería contar la historia, entrarles por la sonrisa, por el humor de la novela, con un buen cómic, por ejemplo, y luego buscar un texto apropiado, acorde con las ganas,que los hay.

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  6. Confío y espero en que la partida sea tuya, amigo Joselu. Y también en que no les tengas demasiado en cuenta a tus alumnos sus posibles desdenes: cuando yo era alumna de 3º de BUP promoví en mi grupo una movimiento antiquijote, con el objetivo de que nuestra profesora de Literatura recapacitara y no nos mandara leer esos capítulos interminables, difíciles y aburridos (!).
    Y mira ahora en qué situación vivimos... Creo que el Quijote es el libro que más alegrías y más emociones me ha regalado en mi vida. Pero tuve que esperar (los veinte años fue también mi edad de iniciación).
    Coincido con Antonio en que quizá ahora nuestra obligación está en que sepan que "existe" y que puede que cuando sean un poco mayores disfruten de un placer casi infinito. De momento, está bien que se interesen por la biografía de Cervantes, que lean algún(os) capítulo(s), que sientan curiosidad, que comprueben que hay personas que también casi perdimos la razón leyendo esta novela... Y si les llega esta experiencia, probablemente algunos leerán.
    Con toda seguridad, otros no... Pero sabrán que son hijos también de Alonso Quijano.

    Un abrazo

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  7. Hola Joselu.
    No hay querra pero sí peligro, aunque esos descerebrados de los que hablas, y de los que no faltan entre los mismos profesores, sigan empeñados en no ver lo que hay en juego.
    Un saludo

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  8. Entiendo tu inquietud. Cervantes es un tipo que me hubiera gustado mucho conocer, pero, de momento, me conformo con sus obras. En Madrid "El Quijote" está en el programa de 1º de Bachillerato, y tenemos 4 horas semanales para Lengua castellana y Literatura. "El Quijote" es una lectura que siempre hago: unos años completo; otros la I parte; otros la II; otros, según el tipo de alumno, hago una criba y selecciono determinados pasajes..Les entrego una guía elaborada, del estilo de la de Tusón, que pretende que se fijen en determinados aspectos, y hacemos controles de lectura periódicos en los que los que lo leen sacan notazas y, de los que no, alguno consigue llegar al 4 e incluso al 5 (se lo cuentan, leen resúmenes)
    También dejamos algunos pasajes para clase: el discurso de Marcela, por ejemplo, les suele impresionar bastante. Como bien dices, empezar por la vida de Cervantes es muy sugerente y suele crear ciertas expectativas. Yo no creo que la cuestión sea si los bachilleres actuales están preparados o no para su lectura: supongo que yo cuando lo lei en 3º de BUP tampoco lo estaba, y mis compañeros tampoco (de ellos la única filóloga fui yo) y ahora hay alumnos que se lo leen: unos con mayor o menor gusto; otros, porque entienden que es lo que toca, y ya está. Otros recurren a los resúmenes del Rincón del vago o a lo que les cuenta otro mejor informado. Yo no preteddo formar lectores con el Quijote: pretendo que conozcan la mejor novela de la literatura universal, y no aspiro a que salgan alabando a Cervantes ni diciendo lo que mola leer el Quijote: para eso hay otros autores, otras estrategias, otros momentos y otras actividades. Ánimo, Joselu, y un abrazo.

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  9. Carlota Bloom: has dicho exactamente lo que pienso. Un saludo

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  10. Es genial que lo conozcan con tu ayuda, Joselu. Creo que es una lectura que pueden llegar a hacerte odiar; recuerdo que cuando yo estudiaba 5.º de EGB (lo que hoy sería 5.º de Primaria) nos hacían leer así, sin contexto ninguno, los capítulos de los molinos y de la batalla con las ovejas: según el profesor, eran muy divertidos. Yo no les veía la gracia por ningún lado; ya me hubiera gustado tener a un profesor de literatura como tú que me introdujese El Quijote como tratas de hacerlo a tus alumnos.
    Yo lo leí después, también, a los veinte, más o menos. Y me encantó. Y lo he releído.
    Cosa curiosa, en voz alta sí les he leído a mis hijas, pero empezando en el primer capítulo. Y puedo jurar que se reían, que tomaban al personaje como el loco que es en una primera lectura cuando uno aún no tiene madurez.
    Lo bueno de esta gran obra es, como dicen algunos, darla a conocer y dejar que los alumnos tengan ganas, en un futuro, de leerlo. Y tendrán varias lecturas de ella, como tú, como todos.
    Enhorabuena, ánimo y un beso.

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  11. Mi primer intento con el Quijote fue alrededor de los 20 años, pero me sumía en un profunda melancolía su lectura... así que no pude avanzar muchas páginas. Más de quince años después ,sin embargo, lo leí de carrerilla, la segunda parte la leí en estado de entusiasmo...

    Me parece un error enfocar cualquier materia (también la literatura) en función de los gustos del alumnado, primero porque los gustos son diversos y no existe ese alumno estándar, programar para ese Toutlemonde lo pervierte todo, hasta el gusto.

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  12. Espero de deseo de verdad, "que tu vida espiritual" salga intacta y alcances la victoria, frente a tus alumnos,en este batalla por que descubran el Quijote, querido Joselu.

    Yo, tengo que reconocer, que soy de las que me quedé sin descubrirlo. He leído fragmentos, pero nunca he conseguido abordarlo de verdad.

    Supongo que me ocurre como a tus alumnos, pero más que por lo voluminoso, que a mi eso no me importa, lo que me impone, el castellano antiguo.

    Es que no soy capaz de meterme, haciendo además el esfuerzo de asimilar expresiones tan arcaicas.

    Si pudiera, de verdad que me encantaría a mi también, como a Frikosal, colarme en tus clases.
    Debe ser un gusto, verte en vivo y en directo, mano a mano con tus alumnos. Te aseguro, que yo me esforzaría muchísimo por aprender ja,ja,ja.

    Reconozco, que es un agujero muy negro, no haber leído el Quijote. Quizá algún día.

    Suerte en tu batalla.

    Un abrazo.

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  13. Es maravillosa la introducción que les haces, hasta el Lazarillo, Joselu. Y me parece más encomiable tu inmenso esfuerzo porque creo que es muy difícil, si no imposible, que venzas en tu esforzada empresa. Me dirás que no puedes hacer otra cosa, que no puedes quitar esos capítulos de la selectividad. Claro que no puedes hacer otra cosa, ni más, pero estarás conmigo en que es un horror que a alguien se de un Quijote mutilado. Y, para ser más brutalmente sincero, me parece que no hay necesidad de que lea el Quijote quien no esté maduro para comprenderlo. Es, y perdona la barbaridad, como si para iniciar a alguien en el "amor profano" lo metiéramos en la cama con una Ingrid Bergman (en el sentido de mujer maravillosa) que lo triplicara en edad.
    Si se quiere dar a conocer a los escolares a Cervantes, ahí están, sin ir más lejos, la Española Inglesa o La Fuerza de la Sangre, que plantean otros problemas que pueden abordarse de un modo más sencillo y que son de actualidad, siquiera sea por el modo en que presentan la condición femenina.
    El mayor daño que se ha hecho al Quijote, a mi juicio, es haber popularizado sus primeros capítulos, lo que nos hace comenzar a leerlo tras un velo de algo ya sabido; y si seguimos desvelándolo parcialmente a los adolescentes, mutilándolo, impedimos de alguna forma que lo disfruten. Ahí tienes a Frikosal, que nos dice que no ha leído un libro que, en mi opinión, podría haber sido su preferido, ya que es tan apasionado al menos como él mismo. Pero todos los que hemos leído El Quijote hemos tenido que sobreponernos al inmenso aburrimiento que parecen encerrar los primeros capítulos, que la primera vez saben a algo ya sabido. Burdamente sabido, además, con lo que es precisa mucha fe en lo que nos espera después para seguir leyendo. Me atrevo a creer que todos los abandonos de la lectura del Quijote se producen ahí.
    Y quede claro que aquí todos te admiramos y que si alguna vez hablamos de los profesores es porque estamos seguros de que tú no eres "los profesores".
    Un abrazo, con prisa.

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  14. Yo, como muchos otros de mi generación, tuve que leer "El Quijote" cuando no tenía ni diez años, y, evidentemente, no entendí nada. No gustaba a nadie. Eran lecturas colectivas, en voz alta, sin explicación ni introducción ninguna. Años después lo lei entero e hice dos trabajos sobre él que me ayudaron a desentrañar su mensaje y a disfrutarlo, pero ya era adulta (o casi). No se puede abordar tamaña obra sin un acercamiento previo. Su lenguaje y su complejidad resultan difíciles para los adolescentes de hoy, con un vocabulario penosamente limitado y dominados por la prisa y la superficialidad. Yo lo he trabajado (una adaptación, claro) en Primaria y ha gustado a los niños, eso sí, con muchas actividades relacionadas, escenificaciones, exposiciones... Fue nuestro tema en una Semana Cultural y todo el colegio lo vivió a fondo. Yo incluso me atreví a escribir una obrita para Navidad que representaron mis alumnos. Te la mando aparte, como curiosidad.
    No soy de la opinión de dar a los alumnos sólo aquellas obras que les gustan, así no conocerán nunca otros mundos maravillosos que están en las páginas en principio poco atractivas de grandes autores. Hay que explicarles las obras como tú haces, con paciencia y transmitiendo el gran amor que sientes por la palabra escrita. Los que desdeñan la literatura desdeñan la vida, pero no lo saben. Yo intento que mis alumnos lean mucho y de todo, algunos libros son de lectura obligatoria y otros voluntarios, y les gusta hacerlo, a unos más y a otros menos, claro. "El Quijote" es un clásico al que llegarán con el tiempo. Mucho ánimo para llevar adelante tu empeño, seguro que lo consigues.
    Un abrazo, colega.

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  15. VENCIDOS

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar.

    Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
    y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
    va cargado de amargura,
    que allá encontró sepultura
    su amoroso batallar.
    Va cargado de amargura,
    que allá «quedó su ventura»
    en la playa de Barcino, frente al mar.

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar.
    Va cargado de amargura,
    va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

    ¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
    en horas de desaliento así te miro pasar!
    ¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
    y llévame a tu lugar;
    hazme un sitio en tu montura,
    caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
    que yo también voy cargado
    de amargura
    y no puedo batallar!

    Ponme a la grupa contigo,
    caballero del honor,
    ponme a la grupa contigo,
    y llévame a ser contigo
    pastor.

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar...

    No te venzas Joselu.

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  16. Yo leí el Quijote de mayor. Lo leí de cabo a rabo y lo releí. En mis tiempos de estudiante, la verdad, no me atraía para nada. No sabía encontrar el fondo de todas aquellas quijotescas aventuras. Creo que es lo que les pasa a la gente joven de hoy en día. Tal vez tendría alguien que anunciar de una vez por todas que el Quijote es una obra (una obra genial donde las haya, dicho sea de paso) pero para adultos.

    Un abrazo.

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  17. Joselu, me tomó mucho tiempo atreverme a sentarme con El Quijote para leerlo al fin, y cuando lo hice no me arrepentí. Me parece que es una obra para adultos y que tal vez por eso en la adolescencia es una pesadez leerla.

    También me sucede que cada vez que leo El Quijote encuentro un libro diferente, como escribí una vez en mi blog, porque esa es en parte la virtud de la novela, que se presta a una lectura más o menos literal o a una lectura figurada donde nosotros somos los protagonistas.


    Leer mi Libro abierto.

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  18. Difícil prueba, Joselu, para ti y para los bachilleres Sansones Carrascos que te han tocado en suerte. Cervantes es, probablemente, el autor más leído de boquilla hasta hace unos años, cuando la gente se sonrojaba al decir que no había leído El Quijote; actualmente ni eso...
    Suerte, amigo, en esta desigual y simpar aventura y que los hados te sean propicios.

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  19. Cuando mi hijo tenía veintiún años, un día escuchamos que estaba riéndose a carcajadas en su habitación. No sabíamos qué estaba pasando, porque ni estaba viendo la televisión ni un vídeo ni tenía amigos en casa. Sencillamente, estaba leyendo El Quijote por primera vez. Yo lo leí con quince años, y desde entonces, cada cierto tiempo vuelvo a leerlo, con la grata sorpresa siempre de que encuentro nuevos detalles e interpretaciones.
    Creo, Joselu, que es un error poner tu vida (espiritual) al tablero en la enseñanza. En teatro, como sabes, existe algo que se llama distanciamiento, y no puedes negar que nuestro trabajo tiene mucho de teatral. No es sano que te vaya tanto en que una caterva de muchachos, a lo mejor no con la suficiente madurez, capten toda la inteligencia contenida en un libro como El Quijote. Ni toda, ni una parte. Hay que tener un punto especial para entenderlo. Dicen o decía algún sabio que la primera vez que se lee, se ríe uno mucho; la segunda vez, se reflexiona; y la tercera se llora. A mí me ha pasado, pero ahora ya hago las tres cosas. Es un libro para toda la vida, pero no pueden metértelo entre ceja y ceja, sino que el descubrimiento tiene que ser personal. Lo único que podemos hacer es dejarlo cerca de ellos, a ver si pican.

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