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domingo, 18 de enero de 2015

Islamofobia y antisemitismo


En estos días he reflexionado mucho sobre la situación creada en Europa y en especial en Francia con el atentado contra la revista Charlie Hebdo y sus diabólicas ramificaciones en la sociedad francesa, en nuestro país y en los países islámicos. No hay un modo único de ver la cuestión: hay diversas consideraciones sobre los límites de la libertad de expresión, sobre el sentido de la tolerancia (Voltaire vuelve a ser un superventas en Francia), la relación de la sociedad occidental con el Islam, ya afincado en nuestras fronteras, el terrorismo islámico, la convivencia en las aulas... En esta controversia multifacética me encuentro de todo: quienes ven en lo musulmán una amenaza para la sociedad europea, quienes sienten simpatía por el Islam como manifestación de un modo distinto de ver la realidad –hay quienes desde una óptica queer valoran el burka como un modo legítimo por el que la mujer puede protegerse-, quienes cuestionan el valor de los derechos de la mujer en las sociedades islámicas, quienes relacionan esto con la sociedad y no con la religión coránica, quienes ven en la reproducción de las viñetas de Charlie Hebdo sobre Mahoma el corolario evidente de nuestra libertad de expresión y el derecho de parodiar cualquier idea o movimiento por sagrado que quiera aparecer –aunque surge Dieudonné M’Bala M’Bala parodiando el Holocausto o reivindicando a uno de los autores de la matanza en el colmado judío y ya no nos parece tan divertido-, hay alumnos en los centros públicos franceses que reivindican el Je suis Charlie Hebdo y los que no quieren guardar el minuto de silencio y rompen los carteles reivindicativos diciendo que insultan al profeta... No me cabe duda de que hay una confusión mayúscula y el debate está envenenado.

El otro día yo publiqué en FB algunas consideraciones sobre el Islam hechas desde la óptica de musulmanes o musulmanas disidentes (desde la crítica a los fundamentos de la cultura coránica, desde el ateísmo o desde el liberalismo). Un amigo muy estimado me expresó que la línea que divide la crítica racional al Islam y la islamofobia es muy fina. Era evidente que era una observación sobre que yo estaba traspasándola cayendo en eso que ha venido a llamarse “islamofobia”. Yo le contesté por privado preguntándole si estaba de acuerdo en lo siguiente: “la línea que separa la crítica racional al estado de Israel y el antisemitismo es también muy fina”. Me contestó que “sí, pero...” Tuvo que subrayar que el sionismo es equivalente a los talibanes y que los kibutz hebreos son semejantes a ciertas comunidades musulmanas. Esto me preocupa. Muchos han observado la existencia de una islamofobia latente en Europa y en España pero nadie o prácticamente nadie ha señalado la evidente presencia del antisemitismo en las consideraciones que van desde el negacionismo del Frente Nacional, el humorista Dieudonné M’Bala y las posturas más izquierdistas y progresistas que ven en Israel y el sionismo el origen de todos los males del mundo. Pocos han observado que cuatro de los asesinados en París eran judíos como si este fuera su destino normal, el de ser asesinados puesto que en alguna manera se lo tienen merecido. Pocos han observado el aumento del antisemitismo en la sociedad europea que lleva a que los barrios judíos en distintas ciudades tienen que ser custodiados por la policía antidisturbios. Pocos han visto en nuestra crítica radical a las actuaciones del estado hebreo en relación a los palestinos una implicación emocional algo más que deseo de justicia. Este verano recorrí el País Vasco y me lo encontré lleno de pancartas llamando a Israel genocida con los más variados enfoques. Eran omnipresentes y tremendamente agresivas. Sin embargo, no he visto movilización emocional semejante cuando talibanes entran en una escuela en Pakistán y asesinan a más de un centenar de niños o cuando Estado Islámico asesina a mansalva a mujeres, hombres y niños en su avance en Siria e Irak, ni cuando Boko Haram secuestra a niñas y las convierte en esclavas sexuales o las hace ser niñas bomba haciéndolas estallar en un mercado en Nigeria  para asesinar a decenas de personas. Ni he visto movilización semejante por los mil latigazos que ha de recibir un bloguero iraní por parodiar el Islam. Ni hay demasiadas implicaciones sobre la guerra en Siria que ha producido más de doscientos mil muertos y tres millones de refugiados. Ahí las críticas encendidas de los comprometidos feisbukeros son mucho más moderadas o escépticas, temiendo hacer demasiado hincapié para que no parezca islamofobia, y, además, en seguida, viene la consideración de que la culpa la tiene Estados Unidos, país al que se hace responsable de todo lo que sucede en el mundo por haber subvencionado a los muyyaidines afganos en la lucha contra el imperio soviético, por su apoyo al estado de Israel, por su apoyo a las monarquías del Golfo, por sus torturas en Abu Ghraib... El mundo está en este sentido, dentro de las ópticas progresistas, meridianamente claro. La responsabilidad mayor de todo lo que sucede es americana, pero si hurgamos un poquito más y no es necesario ser muy avispado para seguir la argumentación, se intuye que en el fondo la política americana es controlada por el lobby judío, de modo que si la responsabilidad mayor de lo que sucede en el mundo es americana y dentro de USA los que controlan el poder de modo meridiano son los judíos (y por extensión el estado de Israel), la culpa recae de alguna manera sobre los judíos a los que no llamaremos así sino que nos haremos más exquisitos y los consideraremos un lobby y al estado de Israel como ejemplo de sionismo y responsable central de todo lo que sucede en el mundo. De tal modo que cuando sean asesinados judíos en Europa, se verá como algo en alguna manera lógico o sin demasiados matices como en el chiste aquel que dice: Han matado a tres albañiles y a tres judíos y le responden ¿por qué a albañiles?


Lo cierto es que no sé si es peligroso ser musulmán en Europa, pero ser judío cada vez es más expuesto. En algún sentido vuelve a estar extendido el mito del judío dominador del mundo y responsable de crímenes horripilantes y no nos extraña demasiado lo que sucede en este sentido puesto que se lo han ganado a pulso. ¿No les recuerda a algo?

17 comentarios :

  1. Personalmente, me siento superado.
    Parece que cuanto menos consistente es una determinada actitud desde el punto de vista documental o lógico más radicalmente hay que defenderla. Las religiones, (sobre todo las del Lbro) , tienen esa común característica. Se podría argumentar que el cristianismo no mata cuando se encuentra con una ofensa, pero eso es ahora, que está bastante debilitado en las cabezas de los creyentes como doctrina a aplicar en el día a día, hace unos siglos... Posiblemente en occidente la razón, la ciencia vayan sustituyendo a la religión a la hora de moverse por la vida y el método científico haya sustituido a la "creencia".
    A mi me da pena ver en cualquier caso, como personas que uno considera razonables bloquean la razón cuando se entra en materia religiosa, que es bastante opinable. Esa persona razonable se puede convertir en un fanático religioso en cuestión de segundo y defiende "agresivamente" sus creencias ...¿por qué? ¿Porque son la suyas?
    Respecto al Islam me da la sensación que el problema ha empezado a ser religioso desde no hace mucho tiempo. Los movimientos nacionalistas y bastante laicos árabes de hace una décadas fueron vistos por occidente como un peligro para sus intereses y se le eliminó incluso mediante guerras (las del Golfo son un ejemplo). Los paises árabes llevan una temporada larga soportando invasiones guerras bombardeos bajo diferente motivos y desde ellos se ve a occidente no como una liberación presicsamente sino más bien como un expoliador y personalmente los entiendo muy bien. He tenido la ocasión de viajar mucho por Oriente Medio y Norte de África no en forma de turismo si no conociendo y mezclándome con sus habitantes y he podido constatar que el pueblo está hasta las narices de que los democraticemos, a golpe de misil. El fundamentalismo islámico ha encontrado el caldo de cultivo entre tranto hijo, padre, marido... que ha visto morir a los suyos mientras estaban en una boda, en un mercado. Cualquier posición moderada, es para ellos una traición.
    El odio está muy bien sasentado en esas sociedades y se le alimenta todos los días, con nuestra colaboración

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    1. Hay por nuestra parte -como occidentales- una creencia en nuestra superioridad intelectual, filosófica, política respecto al resto del mundo. Entendemos que nuestros valores son universales y que están por encima de cualquier discusión que vemos como inútil y regresiva. En nuestro diálogo con el Islam se evidencia esa actitud -que podría ser considerada como plenamente justificada ante la sumisión de la mujer, las libertades políticas, la libertad religiosa- que nos muestra como prepotentes. Creemos que podemos exportar las libertades interviniendo en el resto del mundo. Sin embargo, nuestras intervenciones consiguen lo contrario de lo que pretenden. Quisimos con justificación arrebatar Afganistán a los talibanes que antes habíamos creado nosotros con el apoyo que les prestamos en la guerra contra la URSS. Justo empeño. He visto una exposición sobre las mujeres en Afganistán y es terrible. Entiendo que es justo el empeño modernizador que permita a las mujeres estudiar, hacer deporte, elegir un modo de vida y no ser casadas a los doce años (o antes) por fuerza. Pero no lo hacemos bien. No sé cómo debería hacerse, no lo sé. Lo que sé es que las voces críticas con la cultura islámica represora tienen que refugiarse en occidente para no ser asesinadas. No lo hemos hecho bien. Ahí está la cárcel de Abu Ghraib para demostrarlo. No sé si occidente debería abstenerse de actuar fuera de sus fronteras hubiera los regímenes que hubiera, incluidos los talibanes y aunque estos proclamaran la yihad contra occidente con atentados en todo el mundo. Quien dice talibanes póngase EI o Al Quaeda. Porque su lucha también es global. ¿Qué hacer? El odio está asentado como bien dices.

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  2. Bueno...Todos los sistemas teocraticos son una mierda, todos, el Islam, el Budismo y el Cristianismo y el medio pensionismo, en el momento que un individuo dice hablar en nombre de dios para gobernar a los hombres empieza el peligro. La mayoria de leyes que imponen estos sujetos son contrarias a la razon humana y dificilmente se podian legislar sin contar con la "voluntad divina", como por ejemplo la separacion de sexos, el ajusticiamiento al diferente, el culto a un ser que nadie a visto y menos oido como gobernante es muy peligroso pues no es la razon la que gobierna, no son las necesidades humanas las que se cubren, sino los caprichos de los iluminados transmiten que son "voluntad de dios", de esta manera se hacian catedrales y mezquitas y se olvidaban de hacer alcantarillas, puentes o carreteras (como los romanos que eran gente practica). Todos los sistemas teocraticos son enemigos implacables de la Humanidad y estructuras corruptas por sistema, por lo tanto no entiendo a tanto democrata simpatizante del Islam nada más que desde la ignorancia supina de lo que es realmente el mismo. Los judios tienen muy claro que es dia que pierdan una guerra sera la ultima como pais y eso marca y mucho. Israel es una democracia, es una diferencia muy grande, es más , es la DIFERENCIA.
    Las personas son diferentes hay gente buena y mala en todos los sitios y conozco a empresarios de derechas que se enorgullecen de pagar bien a sus empleados y conozco a empresarios "de izquierdas supuestamente" que son unos racanos con sus empleados. Ser islamico no es sinonimo de nada bueno o malo, como tampoco ser cura es sinonimo de buena persona o de mala.

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    1. Te haría una observación y es que el budismo no es un sistema teocrático. De hecho, el budismo prescinde de dios como algo irrelevante ni negando ni afirmando su existencia. La cuestión es otra para el budismo. De hecho se puede considerar que es una religión sin dios lo que para mí es muy reconfortante. Son las religiones del Libro las que son monoteístas (Judaísmo, Cristianismo, Islam) y han protagonizado la mayoría de conflictos de la historia reciente (los dos mil últimos años). Pienso que el ser humano es esencialmente violento y que ponerle en posesión de una verdad absoluta lo hace muy peligroso. Pero yo añadiría que el marxismo, que ha tachado a dios en su praxis política en los países comunistas, ha sido también totalitario al sustituir a dios por el estado. Tal vez lo único sensato sería el anarquismo pero el recuerdo de lo que fue en la guerra civil española me hace desconfiar también en él, porque verdad lo que se dice Verdad no existe ni la de Bakunin.

      En cuanto a que Israel el día que pierda una guerra será la última, estoy de acuerdo. Este miedo los hace ser brutales y crueles.

      No hay solución o al menos yo no alcanzo a vislumbrarla.

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  3. Yo creía que lo tenía claro, poniendo por delante la libertad de expresión, pero ayer mismo tuve una interesante charla con un musulmán moderado que conozco y me hizo revisar mis convicciones. Como apuntas, la primera comparación que surge es la del sionismo. Me hacía ver mi conocido que hay leyes en Francia muy estrictas en lo que respecta a los chistes sobre el holocausto o cualquier aspecto relacionado con los judíos. También me recordaba la célebre portada del Jueves censurada en España. Libertad de expresión, sí, pero sin ofender. Yo rebatía diciéndole lo difícil que resulta establecer límites, que lo que a mí me parece simplemente mal gusto, a otros les puede parecer ofensivo. "Pero ellos llevan tiempo ofendiendo gratuitamente, no era ni siquiera humor, era provocación". Ahí me recordó a quienes culpan a las chicas por ir en minifalda si las violan. Le dije que durante el franquismo, un hombro o una rodilla de mujer eran también ofensivos, que si no hubiésemos permitido las libertades, cada vez habría sido peor, que el fanatismo, por definición, tiende a ser cada vez menos tolerante. "Soy un musulmán moderado y creo que hay límites que no se deben traspasar, aunque solo sea por garantizar la convivencia pacífica que todos queremos". Y ahí nos quedamos, en unas tablas muy descorazonadoras.

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    1. Nuestro ejes son la razón y la libertad de conciencia, a los que se une la tolerancia volteriana. Sin embargo, enfrente, mirándonos a los ojos, tenemos a una civilización que te dice, como te expresaba ese musulmán que mencionas, que tus valores no son tan universales, que no lo son, que no lo son en lo que respecta a ellos que tienen un modo distinto de ver el mundo. Y que en lo que respecta a ellos no debes inmiscuirte creyendo que tus valores son universales y unívocos. ¿Entonces? ¿Qué?

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  4. En los momentos en los que uno debe comenzar a guardarse su opinión es cuando se abre la brecha de los fanatismos y autoritarismos. Yo siempre soy de los que piensan que se puede criticar cualquier idea.
    Estoy de acuerdo con tu planteamiento. El problema es cómo algunos mensajes calan y cómo hay intereses para radicalizar los ataques y la sensibilidad propia. El otro día, en el gimnasio, oí algo que se escucha mucho en los últimos años: a ver si dejan construir allí iglesias como aquí se dejan construir mezquitas. No sé, puedo estar equivocado, pero creo que misioneros católicos e iglesias cristianas (de las diferentes religiones) hay en casi todas las partes del mundo.
    Hay que seguir luchando para que la religión -como la lengua, como el nacionalismo- no sirvan de excusa para que mueran los mismos: la carne de cañón, o sea, la mayoría de la población de cualquier país. Perseverar en la educación y en la cultura. Aún queda mucho.

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    1. Según tengo entendido, los cristianos son perseguidos en muchos países del mundo, especialmente en los islámicos y no se pueden construir iglesias, es cierto. Hay una película titulada "De dioses y de hombres" que relata el asesinato de monjes cristianos en Argelia y que puede ser muestra de ello. En muchos países, ser cristiano es una fe de alto riesgo. Aunque no lo seamos, justo es reconocerlo.

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  5. La famosa alianza de civilizaciones del inefable Zapatero se ha desvelado como lo que pronosticó Huntington, un "choque de civilizaciones". Y en esas estamos, con la única estrategia posible, en Europa, la guerra de guerrillas.Hay un refrán español que supongo universal; donde fueres, haz lo que vieres. Lo aplican las segundas y terceras generaciones de inmigrantes para ir desligándose de los modelos paternos y abrazando las maneras de ser, estar y pensar del entorno en que viven y al que no se pueden sustraer. Puede tratarse, pues, de una cuestión de tiempo. Hay muchos niños y jóvenes sobresalientes en el sistema educativo que ven con alborozo las posibilidades de desarrollo personal que el sistema pone a su alcance. Son minoría, es evidente, pero ese ha de ser el camino: ensanchar las vías hacia la autorrealización. He tenido oportunidad por razón de mi cargo, de tratar con muchos musulmanes y puedo decir con conocimiento de causa que el fanatismo religioso islámico en nada es diferente a cualquier otro fanatismo, incluido el católico. Parece que nadie recuerda lo que ha significado la entronización de la razón como árbitro último en los conflictos sociales en una Europa en la que se quemaba a los herejes, lo que ha costado imponer la racionalidad en una sociedad como la que salía del franquismo, sin ir más lejos, cuando los dementes "Guerrilleros de Cristo Rey" cometían atentados a los que ahora llamaríamos terroristas. Esa lucha se ha de recordar para dejar bien claro que hay valores a los que no se puede renunciar, independientemente de que se esté de acuerdo o no con cierto tipo de humor. DE hecho, que no era muy popular lo demuestra la crisis de la empresa, a punto de cerrar,y a la que quién sabe si el atentado ha proporcionado una nueva vida... Desde el plano personal, mis hijos no veían bien, por ejemplo, que sabiendo que ofendían a tanta gente, los humoristas incidieran en ese tipo de caricaturas, y decían que, en el fondo, los muertos sabían a lo que se exponían, sabiendo, como sabían, que hay locos fanáticos capaces de todo. Y no les falta razón, pero a mí me costó lo mío convencerles de que, a pesar de ello, lo que estaba en juego no era el respeto o la falta de respeto, sino la libertad de expresión como fundamento del sistema. Que no haya nada sagrado lo veían incompatible con el respeto a las creencias de cada cual. Es un debate interesante, desde luego. Para mí, está claro que la libertad de expresión es más sagrada que cualquier dios, por supuesto.

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    1. Es un debate muy complejo y no creo que se pueda llegar a una respuesta concluyente. Entendemos, por ejemplo, que con el Holocausto por ejemplo no se pueden hacer según qué cosas. Hay leyes que penalizan incluso la negación del mismo y no parece que la burla sobre las víctimas de aquel horror fuera permisible. Hay leyes que impiden la difusión de imágenes pedófilas y podrían reivindicarse como pura libertad de expresión ¿por qué no? La difusión de las imágenes en pleno degüello de los asesinado por EI no se muestran en los medios y lo entiendo, pero podría decirse que es libertad de expresión. El citado humorista Dieudonné ha sido detenido por sus declaraciones identificándose con uno de los asesinos del súper kósher. Cada época ha definido sus límites respecto a la libertad de expresión. El problema es que ahora occidente no tiene el monopolio de dichos límites lo que pone a nuestro mundo ilustrado, que proviene de Voltaire en su reinvindicación de la tolerancia, en un agudo conflicto. Erigimos los valores del racionalismo como innegociables y enfrente existe una civilización con mil cuatrocientos millones de fieles que tienen su propia cosmovivisión y que se reclaman con el mismo derecho a ver su modo de vida como prioritario.

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    2. Evidentemente la libertad de expresión, como cualesquiera otras, tienen sus límites y es a los jueces a los que corresponde fijarlos. Pero, como tú bien indicas, el problema radica en la disparidad de criterios para entender lo real, unos son presididos por la razón, con sus carencias y sus excesos, y el otro por la fe. No tengo duda, entre ambos, cuál prefiero. La globalización nos ha hecho a todos vecinos mediáticos, pero está claro que el islam fanático no va a imponernos su visión teocrática del mundo; del mismo modo que occidente no debería tratar de imponer su visión de la democracia donde reina el oscurantismo, la fe y la miseria. A través de las relaciones pacíficas se puede llegar a muchos acuerdos, pero, insisto, la globalización no quiere decir que las protestas en los países islámicos haya de condicionar nuestra concepción de las libertades.

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    3. La situación es más endiablada de lo que parece porque efectivamente estoy de acuerdo contigo en que no podemos condicionar nuestra concepción de las libertades a las protestas de los países islámicos, pero supongo que sabes que hay comunidades cristianas que sufren las represalias en los países islámicos: iglesias que arden, cristianos que son degollados... Podemos decir que esos cristianos no tienen nada que ver con nosotros pero son asesinados como parte de la rueda puesta en funcionamiento por nuestra libertad de expresión, o de nuestro sentido de la misma. El conflicto global va a ser más duro de lo que pensamos. Las diferencias no solo son con los musulmanes fanáticos sino también con los moderados como un comentario de Toni Solano aporta. El mundo islámico paga como sponsor algunos de los principales clubes de Europa. Qatar está bien metido en Cataluña ¿no? Los imanes de las mezquitas españolas ¿quién los paga? ¿Qué islam difunden? En diversos países son una minoría ya muy sólida que puede condicionar, si se organizan y fundan un partido islámico moderado, la política de Francia. Es el tema de la última novela de Houellebecq, Sumisión. Nuestras realidades se interpenetran mucho más de lo que creemos. Entiendo que hay una profunda confusión en nuestras mentes como puedes percibir en tu casa: si se sabe que las caricaturas son una provocación ¿por qué hacerlas? ¿No se lo estaban buscando? Hay redactores de Charlie Hebdo que reprochaban a su director que les hubiera metido en este embolado. Mucho me equivoco o ¿no es cierto que no pondrías en tu balcón una caricatura de Mahoma que se viera desde la calle? Me dirás: eso es absurdo, pero estoy seguro de que no harías la prueba aunque fuera como experimento de libertad de expresión. Yo tampoco.

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  6. Tienes un buen punto, Joselu. Algunos parecen tener carta libre para matar. Es una reflexión sumamente interesante.

    Un abrazo.

    Fer

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    1. Este tema es complicado, como la mayoría de los temas que son actuales, pero éste que tiene como tema el respeto por un lado a las creencias y por otro, la libertad de expresión es especialmente agudo. El otro día en clase, hablando del siglo de las Luces, el XVIII, saqué el conflicto entre la visión islámica y occidental en el asunto de las caricaturas de Mahoma. En la clase hay diversas alumnas musulmanas de las que alguna sugirió verlas en clase. No supe qué hacer. No quiero provocar ningún conflcto al respecto. Y no sé si era una petición unánime de las cinco chicas magrebíes que hay allí. Es un terreno fangoso y difícil. Gracias por tus generosas palabras. Un abrazo, Fer.

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  7. Todo esto que está pasando ahora no es nada nuevo bajo el sol. Solo hay que echar una sucinta ojeada por la Historia para darnos cuenta que esto que está pasando es más de lo mismo. Guerra, destrucción y ansia desmedida de poder. Menos mal que por otra parte el ser humano está dotado genéticamente de la posibilidad de ser feliz. Cosa impagable esta última porque esto nos puede ayudar a no irnos suicidándonos (mentalmente) todos los días.
    Y es que los problemas que hay en el mundo son artificiales. Los ha creado el ser humano. No son naturales, naturales ya los hay, pero de esto hablaremos otro día, como dijo el profesor. Por eso es una pena que las personas creemos problemas una vez y otra vez. Parece ser que los necesitamos para legalizar o justificar nuestra ira innata de destruir al prójimo.
    Yo no voy a justificar nada. Ni creo que haya buenos y malos, eso, en las películas de pistoleros. Pero en la realidad todos son iguales. Siempre hay alguien que incita a pelearse. Eso es cierto. En las guerras siempre hay una chispa que enciende alguien sobre el abundante odio convertido en paja de alguien.
    No hay solución. Perdona por este pesimismo impropio de un tío que es feliz como yo. Pero una cosa no quita la otra. La felicidad, y un día hablaré de ello, es la mejor arma para combatir todo este altercado universal de odio que invade la Tierra.
    Verás, Joselu, que no te he aportado ninguna solución, ni ninguna propuesta, ni ninguna posición. Porque es que para mí no la hay. ¿Judios? ¿Arabes? ¿Cristianos?... Qué sabe nadie. Si la esencia es una cosa y la accidentalidad es otra... Y las cosas accidentales no tienen valor, son un simple color que pinta una bomba. O un mero pretexto. La esencia es lo que cuenta. Y la esencia, mientras no haya un salto evolutivo de la especie, es nefasta. Unos estarán de acuerdo con unos, otros con otros... ¿y qué? esto no es más que echar más leña al fuego.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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    1. Me he sonreído mientras te leía. A la vez te comprendía y creía intuir en tus palabras un cierto alejamiento de conflictos irresolubles en que poco podemos hacer. Nuestra única opción válida es ser en la medida de nuestras fuerzas lo más felices que podamos y alejarnos de aquello que nos puede privar aunque sea intelectualmente de ese estado de preocupación o desdicha por lo inexorable. Te imagino conversando con un árabe o un judío o un nativo amazónico y te creo capaz de seducirles con tu bonhomía y tu falta de ganas de ahondar en los conflictos que tejemos artificialmente los seres humanos. Yo te propondría como juez de paz de alguna demarcación levantina. sin duda serías capaz de encontrar elementos de paz en las disputas más agrias y difíciles.

      Un abrazo, y gracias por tu respuesta, muy tuya.

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